La memoria es cinematográfica. ¿Cómo se comunica un abuelo que no puede hablar con su nieto que no puede oír? ¿Cómo puede explicarle con un tablero de ajedrez y en silencio nada menos que la Guerra Civil? Preguntas y respuestas están en “Una historia sin palabras”, el corto de Pepe Carrasco que protagonizan José Antonio Labordeta y Juanjo Gómez. El corto se ha proyectado en el acto de entrega del premio “José González Barrero” 2010, otorgado por la Asociación de Recuperación de la Memoria Histórica de Zafra a Antonio Gallego Orellana.
Antonio Orellana, “un exponente aún felizmente vivo del exilio cultural español provocado por la dictadura franquista”, nació en la calle Sevilla de Zafra en 1923 y en 1945 salió desde Lisboa hacia el exilio en México. A lo largo de su carrera suma doscientas películas como guionista, director o productor, que lo convierten en “uno de los más veteranos autores de la cinematografía popular mexicana”. No pudo viajar y recoger en mano su premio. Envió unas cuartillas en las que agradece el galardón y evoca varios episodios de su vida, entre ellos la muerte de su madre en Badajoz, en septiembre de 1936. Fue Antonio quien la encontró agonizante en el patio de su casa, donde las tropas franquistas se habían presentado para llevarla presa. Su madre, comadrona, lo evitó degollándose con una navaja barbera.
Pepe Carrasco es hombre de cine y zafrense, como Antonio Orellana. Con su corto ha conseguido narrar una historia que el mismo Labordeta, en su última colaboración artística, había creído imposible trasladar al lenguaje cinematográfico. Son historias sin palabras.
Pepe Carrasco es hombre de cine y zafrense, como Antonio Orellana. Con su corto ha conseguido narrar una historia que el mismo Labordeta, en su última colaboración artística, había creído imposible trasladar al lenguaje cinematográfico. Son historias sin palabras.
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