28/10/12

El bar de la esquina

Entre los buenos deseos, pocos tan incontestables y comprensibles como éste: Que no te cierren el bar de la esquina. Los deseos pueden ser más trascendentes, románticos o realistas: Que no te compren por menos de nada, que no te vendan amor sin espinas, que no te duerman con cuentos de hadas. Pero pocos deseos tan certeros como el del bar. ¿A quién no le han cerrado un bar de la esquina? Quién no ha perdido un sueño de evasión, un universo a medida, un refugio amable, un rincón próximo donde buscar y ser encontrado... Si todo eso también puede llegar a ser un bar un espacio único, compartido por el tiempo y con los demás, perderlo es motivo de extravío. Pepe Monreal y Emilia echan hoy el cierre del Monre, su bar en la Plaza Chica de Zafra, nuestro bar de la esquina desde 1984. El pequeño local volverá a ser abierto y seguiremos frecuentándolo, con sus cervezas, sus croquetas, sus fotografías y su música, y sin Pepe ni Emi (¡gracias y feliz jubilación!). Sin ellos, sin otro bar de la esquina y con una delgada línea de la memoria de nuestra vida rota, ya cuajada de recuerdos y de ausencias.

[jfgras. El Monre, tiempo. 2012]

22/10/12

Posibilidades

Dejaremos para más adelante una explicación que tengo que dar a mis sobrinas: la de que no habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades. Escribiré sobre ese bulo para cuando ellas crezcan, crezcan y puedan discernir si fue o no cierto que la ruina de casi todos estuvo provocada por el derroche de la mayoría. Les explicaré que los verdaderos culpables fueron unos pocos, precisamente quienes se beneficiaron con vileza e impusieron su infame versión de lo sucedido, a costa del dolor o del silencio de todos los demás. 

Esto les dejaré dicho a mis sobrinas y a quienes deseen escucharlo. Sencillamente, que otros urdieron algo llamado crisis y nos mintieron. Porque "mienten más que andan y andan más que el tren", como gustaba repetir en vida Antonio. Mi amigo utilizaba la expresión de que "hay más cabrones que tejas", para referirse a la abundancia de explotadores. Es así, pero de esos cabrones mentirosos, que nos acusan de haber vivido por encima de nuestras posibilidades, hablaremos en otra ocasión. Hoy las posibilidades que nos ocupan son las de salir adelante. 

¿Posibilidades? Es excesiva la cantidad de pequeñas empresas y de trabajadoras y trabajadores autónomos diferentes de las organizaciones sociales, porque éstas carecen de ánimo de lucro que han comenzado a no tener posibilidades, no ya de lucrarse, sino de sobrevivir. Igual que la mayoría de asociaciones y entidades solidarias, abocadas a la desaparición, la parálisis o la beneficencia. Personas emprendedoras y pymes, con ánimo (sólo por definición) y sin posibilidades de lucro, se encuentran entre las víctimas de ese hatajo de mentirosos, que como también diría mi amigo Antonio tiene "más cuernos que un saco de caracoles". 

Un día, otro día, desmontaremos la falacia de que vivimos por encima de nuestras posibilidades, para que mis sobrinas sepan que había gente decente y comprendan que en medio de la catástrofe quisimos conservar la dignidad.

15/10/12

O te lo cuento

– Vamos tirando le confesó ella, mentirosa. 
– ...

– Bien, estamos bien. 
– ¿Bien?

– Bien. Bien, sin entrar en detalle.  
– Tampoco tu vida puede depender sólo de la inercia, como para tantas cosas y ahora más que nunca hace falta impulso –le insistió él, descreído e impaciente.

– Hablas como la gente de la calle.
– Para resistir hay primero que cambiar y es algo que aquí lo siguen sosteniendo cuatro

– Cuatro pelagatos o trescientos espartanos, qué más dará. 
– ...

– Oye, de una presidenta que dimitió han dicho que "habla como la gente de la calle".
 ¿Qué gente?, ¿de qué calle?, ¿eso es un reproche o un piropo?, mi vecindario no se pasa todo el tiempo soltando tacos con chulería..., ¿nos iría peor o mejor si empezáramos a hablar distinto, como otra gente?, ¿qué gente?, ¿de qué calle?

 ... Y tú, ¿tú estás bien?
– ¡Bien!, ¿o te lo cuento?

10/10/12

El millón

El millón hemos sido este año ochocientos mil, un dato todavía mareante, pese al recorte oficial, y tan fiable como las escopetas de feria. A la Feria de San Miguel de mi pueblo, la mejor feria de estos lares no exagero, ha venido en 2012 menos gente. También hemos gastado bastante menos: lo que tenemos. También suelen darse grandes cifras de negocio, 200 millones de euros que este año habrán sido apenas 160, calculando a ojo. (No está mal, habida cuenta de que 296.000 millones de euros "han salido" de España en doce meses. Esos milloncejos, ¿se han ido por su propio pie? ¿No será que los han sacado? En fin, es un tema aparte, como quiénes se los llevaron y adónde.) De vuelta a la feria internacional ganadera de mi pueblo, 559 años la contemplan. Con esa historia centenaria, se comprenden los millones de visitantes y de euros. Otras cifras oficiales son más objetivas: las hectáreas del recinto ferial, el número de expositores, las cabezas de ganado selecto... 25, 500, 2.150. En Zafra es fácil deslizarse hacia la hipérbole. El pasado domingo escuché a un desconocido comentar a mi lado, literalmente: "Mirad qué marea humana entra en el ferial". Giré la cabeza y vi a unas decenas de personas cruzando un paso de peatones, ni rastro de la marea humana. Hay afición por la hipérbole y, cómo no, por la retórica. Nuestra tradicional feria, multitudinaria y singular, acaba de despedirse con los fuegos. Cada cual contará la feria según le haya ido. La contaremos. No hemos sido un millón.