31/1/09

La crisis, global

El correo basura, con perdón, ya no es lo que era. Los chistes sin gracia sobre jefes machistas o los llamamientos masivos a salvar bichos en peligro de extinción han ido dando paso a ocurrencias, entre frívolas y sesudas, sobre la crisis. En las últimas semanas, una cita atribuida nada menos que a Albert Einstein ha circulado por blogs y redes sociales e inundado mi correo-e. No puedo compartir su premisa de que la crisis sea una bendición; ni siquiera una bendición relativa, señor Einstein. Pero, en ese mismo texto, cambio, creatividad, talento, desafío, esfuerzo y superación se apuntan como ingredientes frente a la crisis. Y con esas ideas estoy tan de acuerdo que preferiría no repetirlas, para que no acaben pareciendo manidas.

En mi modesta opinión, la crisis no sólo hay que combatirla: además, hay que comprenderla. Comprenderla, en el sentido de conocer o intentar conocer sus causas, sus verdaderas dimensiones y el alcance de sus efectos, los inmediatos y los que vendrán. Me ayuda a entenderlo una lúcida reflexión de Josep Ramoneda
, que leí hace meses: “hemos llegado aquí porque la globalización abolió los límites éticos y culturales”. ¿Ética y cultura en tiempos de crisis? ¡Suena a amar en tiempos revueltos¡ Y es que, igual que en la telenovela, es difícil y es necesario.

Mientras, se agradecen gestos y gastos: Obama abroncando a los ejecutivos de Wall Street por mantener sueldos tan millonarios como los empleos que destruyen o inversiones extraordinarias
por parte de nuestros gobiernos para frenar el aumento del paro y la pobreza. La crisis va a poner a algunos en el sitio que les corresponde y a muchos trabajadores y trabajadoras en el que no deberían ocupar nunca. Frente a esto último, innovación en las ideas, en las acciones y en la estrategia. Cambio, creatividad, talento, desafío, esfuerzo, superación... Otro modelo.

28/1/09

Enrique Vila-Matas

Enrique Vila-Matas no se ausenta de mi mesa de noche desde hace más de un lustro. Descubrí “Paris no se acaba nunca” y me enganché de inmediato a su obra narrativa, gran parte de ella publicada por Anagrama. En “Dietario voluble” (2008), Vila-Matas lleva al límite de la desnudez su personalísimo proceso creativo, en el que escritor y personaje juegan a confundirse. Pero no, no se confundan: el narrador nos muestra hasta qué punto todo cuanto lee y cómo escribe son su memoria de vida, extraña forma de vida. La idea de la identidad múltiple (o desaparecida o borrosa, tanto da) y la del minucioso registro de la experiencia –arriesgado y gozoso– son conceptos de rabiosa contemporaneidad. Vila-Matas se hace eco de autores singulares y de viajes verticales. Te conduce o te devuelve a Sergio Pitol y John Banville, a Robert Walser, a Villoro y Bolaño, a Kafka, Borges y Pessoa. Te guía por Barcelona y Dublín, por Herisau y Nokia, por Sintra y por París. Releo casi todas las novelas y cuentos, obras inclasificables de Vila-Matas, por el puro placer de reencontrarme con ellas: lo hago siguiendo el orden cronológico en el que fueron editadas. Literatura. Muchas noches, apago la luz y siento que no son sólo los libros los que también quedan en penumbra.
[Fotografía de Vila-Matas by O. Roller]

24/1/09

¿Redes y sociales?

Me han enredado en el Facebook. El enreador tiene nombre y apellido: José María Lama, con quien quedé en su casa para enjaretar este blog, me inició en el caralibro. A lo largo de 25 años, Josemari y yo nos hemos embarcado juntos en tantas y tantas historias (y las que te rondaré) que siempre hay lugar para una más. O, ya puestos, para un par.

Admito que en ésta me he resistido a entrar, con la excusa de la falta de tiempo y otras zarandajas, sobre todo porque redes y sociales me parecían y me siguen pareciendo palabras mayores. Son términos que de la noche a la mañana han pasado a referirse, casi exclusivamente, a espacios como Xing, MySpace, Twitter, Tuenti o Facebook. Éstas son, ahora, las redes sociales. Sin ánimo de desmerecer, redes y sociales se me antojan conceptos más amplios, en cierto modo más nobles, y su indudable valor no se basa, en contra de lo que ocurre con toda tecnología, en lo meramente instrumental. Hablaremos en adelante de ello, dentro y fuera de este blog.

La fotografía que ilustra la entrada la tomé en Cádiz, el 1 de junio del año pasado. Estábamos cerrando, que no clausurando, el
IV Encuentro de Educación para la Participación. En esos encuentros, desde hace cinco años, gente de movimientos sociales diversos nos conocemos o nos reconocemos, discurseamos, bebemos y comemos, nos abrazamos, contamos con nuestras propias TIC, discutimos, soñamos, nos aliamos, nos liamos, aprendemos, incluso planeamos seguir en contacto y hacer algo más hasta el siguiente encuentro. Desde el primer día que las asociaciones CRAC+ACUDEX decidimos convocarnos y convocar a otras, tuvimos claro que esos encuentros no estaban para dar forma a una red social. No lo estaban, porque no queremos que den forma a nada. Quién sabe si ahora nos enredaremos en Facebook.

Allí he agregado en una semana a 24 amigos y amigas, de perfiles más o menos afines (mal asunto, poco social), la mayoría de ellos bien conocidos y queridos. Pero a algunos no los identificaría si me los cruzara por la calle. Y con otros quizás me costaría compartir unas cañas y no digamos un viaje. Además, en caralibro tampoco es posible hacer pandilla, salvo para comunes intereses particulares: como en la vida, mis amistades son mías. Pero las de mis amigas y amigos no me pertenecen, a no ser que las agregue y me respondan. ¡Es suficiente con dos golpes de clic! Me he sumado a grupos que declaran su admiración, éste por Vila-Matas y aquél por Camarón, y a uno que solicita la Medalla de Extremadura para Barrancos...
Sí, las llamadas redes sociales son una gran oportunidad, otro medio para conocer y para trabajar. Pero hay más. Otras voces, otros ámbitos.
[jfgras. IVEPA en Cádiz. 2008]

15/1/09

La Plaza Chica


Este blog hablará de los hechos de la vida.

En mi pueblo hay una plaza que lleva el nombre que he dado a mi blog personal. Es pura casualidad. La Plaza Chica es una cosa y mi blog, si nadie lo remedia, será otra bien distinta.


"Quien conoce Zafra sabe que no es atravesada por caminos. Ella misma atraviesa los caminos que la recorren. Hay viajeros que cruzan ciudades y ciudades que se cruzan en la ruta de los viajeros. Zafra es una de éstas. Quietud y dinamismo, tradición y modernidad, pasado y futuro, ciudad y pueblo se entrelazan en Zafra con una intensidad singular. Las dos plazas porticadas son conocidas por su tamaño, siempre relativo: Chica y Grande. Un convento de clausura acoge el primer museo de la ciudad. Las calles abiertas al moderno comercio conservan los nombres de los gremios antiguos. Sus ferias presumen de juventud. Tienen mucho ganado y no tardarán ni medio siglo en ser seis veces centenarias. Hombres y mujeres de Zafra trabajan más el metal, el paño y la pluma que la tierra. La fortaleza está en el llano y es un palacio. Zafra no está sola, no es sin su comarca. Su término no alcanza a pueblos que, más que rodearla, se rodean de ella. Zafra no es destino de turistas, sino de las personas que viajan: de Sevilla a Gijón, de Lisboa a Mérida, del resto de Extremadura a Zafra, de cualquier punto del mundo a Zafra. No espera, sino que te sale al encuentro. Y una vez que te adentras en Zafra, Zafra te atrapa."

Dicho lo cual (es bonito, ¿verdad?, lo he copiado de un folleto turístico...) y a pesar de su título y de las recomendaciones en contra de algunas amigas, debo aclarar que en este cuaderno de bitácora tendrá hueco, en todo caso, lo local y, en expresión acuñada por aquél, lo glocal (lo lobal). Basta, este blog no tratará sólo ni principalmente sobre Zafra. Esa impresión localista la habréis tenido unos pocos. Porque si quisiera limitarme a hablar con los más próximos de lo más cercano, no saldría de la Plaza Chica.

[jfgras. No es ninguna plaza, Cambados. 2007]