5/2/10

Por si acaso, no a la mili

Anteayer, en la noche de los tiempos de nuestras cortas vidas, decíamos no a la OTAN. Antes del no a la OTAN habíamos dicho no a la mili. Antes del no al servicio militar obligatorio (eso, jovenzuelos, era la mili) nuestros noes fueron silenciosos o sólo personales, casi inconcientes. Después del no a la OTAN dijimos otro enérgico no colectivo, no al decretazo, que se quedó en el nombre. Y más tarde, no a ETA, no a la violencia machista, no al terrorismo. Y decimos no a la guerra, no una vez, sino todas. Seguimos diciendo un no digital al canon: sabemos qué canon, actual. Siempre no a la pobreza. Entre medias, no a esto y no a aquello. No anecdótico, no oportunista, no fugaz, no con la boca chica. Y cuando los noes que nunca habíamos necesitado parecían enterrados, se alzan voces en la derecha que nos obligan a decir los nunca dichos. Es verdad que algunos no dan puntada sin hilo. Y nos obligan a decir no: no a un estado confesional..., no a la criminalización de las personas inmigrantes..., no a la cadena perpetua... Desde que la gente que andamos superando los cuarenta tenemos memoria, hubo noes que sencillamente no hicieron falta. Habrá quien lo explique con transiciones o lo justifique en cartas más o menos magnas. Habrá quien sostenga que no dijimos no por pura confianza en el sentido común; ya sabemos, el menos común de los sentidos. Entre la rabia y la perplejidad, lo que por fin creíamos evidente está dejando de ser seguro. Igual sí que tenemos que abrir las bocas para volver a decir nuevos ¡no! Por si acaso, también no a la mili.

10 comentarios:

  1. LLegando a casa de madrugá tras la ronda pertinente de la semana de las tapas, algo de insomnio y algún vino de más, espero a que llegue el sueño, enciendo el portátil, pincho en tu blog y... joder, ¡qué susto! ¿qué pasa de nuevo con la puta mili? Es que yo tampoco la hice y ya no tengo edad pa jueguecitos de roles militares. De pronto resurgen de golpe todas los miedos y neuras del pasado. Menos mal que conservo el documento más importante de todos los posibles, el que certifica que soy un inútil... para el servicio militar.

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  2. Desgraciadamente como dice Javier no dan puntá sin hilo. Muy oportuno un NO a la mili que simboliza el rechazo a lo que nuestra generación rechazó y rechazará. Muy hábil el NO a la OTAN para que tomen nota que con las cosas de comer no se juega

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  3. Tomi, ¡no! a quienes quieren convertir nuestros miedos y amenazas del pasado en oportunidades de futuro para ellos, no tocarán la mili (nos volveríamos inútiles u objetores, otra vez), pero amagan con otros fantasmas.

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  4. Imagino que será un error, pues me sorprende que en esa cronología que hace del “no” indique que el no a ETA es posterior al no al decretazo. El decretazo es del año 2002, ¿quiere decir que hasta entonces era un sí a ETA?

    Churretilandia

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  5. Pues yo sí tuve que hacer la mili, allá en tierras de África; no tuve valor para hacer objeción de conciencia. Y ya que sale el tema, no sé, no sé que decir. El ejército de levas estaba formado por gente provenientes de todos los sectores de la sociedad, el ejercito profesional está formado por gente que tienen ¿cómo diríamos?, ¿espíritu militar? A la hora de volverse contra la sociedad, me parece mucho más peligroso un ejército profesional que un ejército de quintas.

    Dijimos no al decretazo y no a la guerra; tardamos en decir no a ETA, estamos divididos sobre la cadena perpetua. Decimos no al estado confesional pero poco hacemos para conseguirlo; alguno incluso reza y todo. Decimos no a la pobreza pero ¿cuántos damos el 0,7% de nuestros ingresos a alguna organización humanitaria? El no a la violencia machista muchas veces se dice con la boca chica. Criminalizamos al emigrante. En cuanto a lo de la OTAN no se dijo no a la entrada, sino hábilmente “de entrada no”, que era muy diferente como luego se comprobó.

    Como bien dices: “Entre la rabia y la perplejidad, lo que por fin creíamos evidente está dejando de ser seguro. Igual sí que tenemos que abrir las bocas para volver a decir nuevos ¡no! Por si acaso, también no a la mili”. Yo os digo que desde ya mismo: NO al recorte de los derechos de los trabajadores, lo haga quien lo haga.

    Sin acritud, pero profundamente mosqueado por el giro liberal del orante.

    Saludos.

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  6. al anónimo Churretilandia: no, ese decretazo del que escribo es muy anterior al de 2002, tampoco hay una relación completa ni un orden exactamente cronológico en los noes (y su pregunta se responde sola)

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  7. "Y ya que sale el tema, no sé, no sé que decir". Me comí el acento del qué (fe de erratas antes de que me corrijan los profesores; jajaja).

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  8. No, Jose, si lo entendí -y compartí- en cuanto lo leí, los efluvios alcohólicos no eran tan exagerados. Mi comentario anterior iba por la repentina zozobra que experimenté ante el título; así, de golpe, sin anestesia ni "na", y antes de pasar a leer el cuerpo del texto.

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  9. no dudaba de que lo entendiste, incluso después de leer el texto (y de que lo compartiríamos, como tantas cosas de entonces y de ahora), con Pepe también comparto, ¡cómo no!, el temor a los "recortes": pero hay debates que hay que abrir, bien abiertos

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  10. Pues sí José, hay debates que deben abrirse bien abiertos. Por ejemplo, ¿qué tal el hablar sobre una reforma de la Constitución para desmontar el costosísimo Estado de las Autonomías? Sí, mucho recortar ciertos derechos, pero los suyos, y este suyo hace referencia a los políticos profesionales que viven de la cosa pública, ni mirarlos. Creo que está claro que con el nuevo orden, que todos parecen aceptar, los españoles no podemos seguir tirando nuestro dinero en el pozo sin fin de las "autonomías" Pues ya verás como este debate no se abre.

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