15/9/09

Refinanciación

Tengo un amigo que tiene una empresa que tiene problemas. Podría decir que tengo un amigo empresario, aunque no sería del todo acertado: primero, porque no tengo uno sino bastantes amigos y conocidos empresarios y, segundo, porque mi amigo nunca ha acabado de considerarse a sí mismo empresario. Tiene una empresa, una empresa donde trabajan él y otras personas a las que en los últimos años ha ido contratando, pero mi amigo se considera un autónomo, a secas. Emprendió cuando se lo quiso montar por cuenta propia y su empresa –llamemos a las cosas por su nombre– llegó después. No empezó haciendo un plan de empresa ni cosas parecidas. Mi amigo tiene, además de una empresa, problemas en su empresa. Tiene también retos, algunos a los que nunca ha renunciado y otros que ha ido creándose y afrontando, porque mi amigo es arriesgado y es talentoso. Sin embargo, lleva meses acumulando más problemas que retos.

Mi amigo está en el mundo, sabe que hay crisis y bla, bla, bla, y a pesar de ello se encuentra en un preocupante estado de perplejidad aguda. Sus problemas le afectan profundamente, su resistencia a desbaratar lo que tanto esfuerzo le ha costado tejer –un proyecto y un equipo– se ha minado en los últimos meses y ya habla de que además de tocado puede que esté hundido (estoy convencido de que saldrá adelante, por lo que hagan el favor de reprimir sus lagrimitas: esto no es un cuento). No es cómo encaja los problemas de su empresa lo que más te llama la atención cuando hablas con mi amigo. Como él dice, ¿qué trabajadora, qué autónomo no está atravesando dificultades, en carne propia o en carne próxima? No, lo que más te salta de ojo si lo tienes cerca es que transmite una rotunda condición de hombre perplejo. Hay crisis, claro que hay crisis, pero su empresa no lo hizo tan mal, dispone de imagen y de marca, diversificó el negocio, fidelizó clientes, fue cumplidora con proveedores y aliados, sigue vendiendo, contuvo gastos, invirtió y reinvirtió, fue fiel a sus valores y a sus principios, cuenta con un plantilla de primera, gente dinámica y experta, creativa y trabajadora a más no poder...

Mi amigo, el que tiene una empresa que tiene problemas, me ha preguntado: “¿qué pasa con mis clientes y con los bancos?, soy el de siempre, mis cifras son mejores que nunca, y no consigo cobrar las facturas ni que me renueven los créditos”. Y ha añadido: “¿tú sabes qué es eso de la refinanciación?”. Ha guardado un breve silencio, antes y después de pronunciar la palabreja. No he respondido a sus preguntas, enteramente retóricas –anda que no sabe ni nada mi amigo–, y me he identificado con él, no sólo porque es mi amigo, sino porque también tengo una empresa.


4 comentarios:

  1. No me extraña que "tu amigo" este perplejo.
    Ya se que no es un consuelo, pero dile que eso es lo "normal": este es un mundo lleno de gente perpleja que no entendemos casi nada de lo que ocurre.
    Los periódicos dicen hoy -para que veamos lo gorda que es la crisis- que Inditex (Amancio Ortega), ha tenido casi un 8% menos de beneficio que el año pasado, y "solamente" va a ganar unos 800 millones de Euros.
    Me sumo a la perplejidad (y a la petición de que se suban los impuestos a quienes más ganan).

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  2. Sinceramente, me ha encantado esta entrada, por lo que trasmites de realidad con tanta sencillez. Un hombre sencillo que escribe sobre la perpejlidad. En esta entrada en el nuevo curso, el "tocado-hundido" ha sido una expresión utilizada en mi entorno ¿Curiosa coincidencia? ¿Realidad común? Yo también estoy perplejo.

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  3. Juan Manuel Fernández17 de septiembre de 2009, 11:44

    Me imagino quién es tu amigo. La verdad es que todo esto más que provocar perplejidad, provoca indignación, porque la crisis la están abanderando los mismos que la han propiciado, y además no ponen ningún empeño ni ninguno de sus muchos recursos para salir de ella. Aunque... ¿Para qúe van a correr ese riesgo, si ya hay en España muchos "amigos" como el tuyo que lo están corriendo? Sobre las espaldas de "tu amigo" y de todos "los amigos" en la misma circunstancia está cayendo el peso y la responsabilidad de salir de la crisis; no provocada por ellos precísamente. SCH y BBVA han ganado en 2008 8.076 y 5020 millones de euros respectívamente, un 9,4% y un 18,4% menos que en el 2007... Seguro que "tu amigo" vive en su perplejidad el hecho de que no inviertan sus beneficios en retornar a la normalidad a quienes le han hecho ganar esas bestialidades.

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  4. verdaderamente, mi amigo existe..., algunos habéis visto en él una artimaña literaria, pero es tan real como nosotr+s (el caso es que no sé si querría parecerme a mi amigo o, mejor dicho, que mi empresa se pareciera a la suya: tenemos muchos muchos puntos en común, no todos)

    compartimos, Fernando, Antonio y Juanma, una sanísima perplejidad, no ante la crisis, sino ante la vida

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