28/6/09

Marilyn

Mis ciento y pico contactos en Facebook han sido más de Ferrer que de Jackson. No ha sucedido lo mismo en la blogosfera y las redes sociales.

En ellas, la repentina muerte del pequeño cincuentón de los five ha despertado una oleada de parloteos, mayoritariamente dolientes, que han colapsado –leo– Twitter. La vida y la obra de Michael (prodigio y pesadilla) han inundado también los medios de comunicación, como si de un acontecimiento se tratara. Algunos artículos son buenos, oportunos. Pero la mayoría han sido solamente oportunistas, o sea, puro relleno. El esperado fallecimiento de Vicente Ferrer ha merecido su espacio en periódicos e informativos de radio y televisión. Sin duda, un espacio menor que el de Michael Jackson, un espacio demasiado corto, raquítico si se pone en relación con la grandeza de la labor de la fundación que lleva su nombre.

En ambos casos, han salido a las calles multitudes que mostraban su admiración, por ellos o por lo que sus respectivas imágenes proyectaban. En el del artista de pop, esas personas pertenecían al mundo global y daban una apariencia de decorado: lo imitaban con hipidos en sus pasos de baile y sus canciones de Thriller en falsete. En el del octogenario cooperante catalán, ex-jesuita, los hindúes que asistían a su funeral ofrecían un rostro más humano, sincero y real. Se les veía, no forzadamente conmovidos, sino dignamente agradecidos.

Uno y otro, Vicente y Michael, no son comparables. Pero a la vista de las reacciones a sus muertes, en los media y en la red, he recordado la de la actriz Marilyn Monroe. El día que murió Marilyn, título por cierto de una novela de Terenci Moix, yo tenía unos meses de edad. Y entonces, sin blogosfera ni redes sociales, ¡la recuerdo! O, mejor, recuerdo la memoria sobrevenida tras la creación del mito de Marilyn. Es posible que esto ocurra con Michael Jackson, que mi sobrina Ana diga dentro de unas décadas: nací el año que murió Michael... y muchos sepan que fue en 2009. Me temo que serán pocos quienes recordarán que el nacimiento de Ana coincidió en el tiempo con, por ejemplo, el fallecimiento de Benedetti. Así es el mundo del espectáculo, nuestro mundo.

El 1 de julio se celebrará en Barcelona el funeral público por Vicente Ferrer.

5 comentarios:

  1. Cuanta razón tienes en tus reflexiones y qué tristes somos a veces los humanos. Lo que pasa es que igual culpabilizamos siempre al mensajero y, aunque puedas llevar razón en cuanto al tratamiento de una y otra historia, al final es el reflejo del mundo en que vivimos, donde los valores están muchas veces tan difuminados que empiezan a perderse. Un abrazo

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  2. a veces culpamos-matamos al mensajero porque el mensajero se las trae

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  3. De todas formas han hablado muy poco de Vicente Ferrer, parece que la iglesia estaba molesta con este señor y como que querían ocultar su obra.

    A mi el Miguel Jackson me da como penina, sin infancia, sin juventuz y bajo los focos de todos siempre.

    Al menos Vicente Ferrer supo vivir su vida y ponerse el mundo por montera, eso que se llevó por delante, parece que fue feliz a pesar de estar rodeado de pobreza. Todo lo contrario que el probe Miguel.

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  4. ¡Madre mia! juventud, juventud, juventud...

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  5. Dios mio danos fuerzas para poder seguir nuestro camino y llegar hacia donde queramos por que la situasion no esta fácil, no le mente a nada y sigue a delante no te desespere por que lo tuyo va . gracias por leer mi mensaje.bay

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