Por el decreto 113

Comunitario, sostenible, endógeno e integrado. Así definimos a principios de los 90 el modelo de desarrollo rural que se quería construir en las comarcas extremeñas. Recuerdo esas palabras escritas con tiza, a modo de conclusión de una calurosa y ya remota sesión formativa, en la pizarra de un aula de Montemolín, en la comarca de Tentudía, al sur de la provincia de Badajoz. Corría el año 1996. Veníamos de un puñado de experiencias pioneras –Valle del Jerte, La Serena, Sierra de Gata y una cuarta, que ya no aparece en el mapa oficial, donde desde 1992 había tenido el placer de trabajar treinta inolvidables meses: Alcántara.

Hoy, igual que en 1996, he vuelto a pronunciar esos mismos calificativos en Valle de Matamoros, en una sesión con alcaldesas y concejalas del Grupo Plan 21 de la comarca de Jerez-Sierra Suroeste. Después de unos años, nuestra empresa ha vuelto a colaborar con algunos de los 24 grupos de acción local de Extremadura en procesos de participación social, ahora acogidos a un decreto de la Junta de Extremadura, el 113/2008. Si innovar también es sorprender, situar en el primer plano la participación suele resultar innovador. En acciones puntuales que buscan acompañar o reforzar iniciativas de participación social para el desarrollo rural, estamos trabajando con consejos técnicos, representantes institucionales, foros ciudadanos y mesas sectoriales: de pequeñas empresas y personas emprendedoras, para la igualdad o con jóvenes. Además de en Jerez-Sierra Suroeste, el equipo se está (re)encontrando y aprendiendo con grupos de las comarcas de Valle del Jerte, Trasierra-Tierras de Granadilla, Tajo-Salor-Almonte, Sierra de San Pedro-Los Baldíos, Valle del Alagón, Tentudía…

Los principios “comunitario, sostenible, endógeno e integrado”, como en 1996, definen un modelo mucho más avanzado pero aún en construcción, en el que la participación es el fundamento, la clave, el horizonte. Porque, como llevamos sosteniendo profesionalmente casi dos décadas y se ha dicho y escrito hasta la saciedad, sin participación no hay desarrollo. Sin participación tampoco es posible que haya innovación (innovación social, al menos). Pero éste, no sé, sería otro debate.

[Alcántara, ADECA]