17/12/12

Sinvergonzonería

"Por fin me armé de decisión, o quizá fue de aburrimiento, o del afán de dejar atrás el miedo que me asaltaba de vez en cuando, o de impaciencia...", copio y pego de "Los enamoramientos" de Javier Marías (Alfaguara, 2011). Este libro sería el último Nacional de Narrativa si su autor no hubiera rechazado el premio "por coherencia", aceptarlo dijo habría sido "una sinvergonzonería". El poeta y novelista José Manuel Caballero Bonald, Premio Cervantes 2012, también ha puesto el dedo en la llaga de la congruencia: "Yo soy un escritor de la estirpe de los desobedientes". Lo es. Volviendo a la cita de Marías (Javier), modestamente me siento decidido, aburrido, sinmiedo, impaciente. Y no digo valiente porque de la sangre de valientes están los ruedos llenos. Comparto cómo me siento, hoy a esta hora, porque pocas licencias puedo permitirme ya con el blog. Ésta es una de ellas. La de escribir sobre el impulso de decidir. No digo de ser libre, porque ni mío me quiero. En resumidas cuentas, nada que ver lo que escribo con enamoramientos ni con la escritura. Recurrir a una obra literaria, la de otro, es infalible para dar forma a un estado de ánimo, para ofrecer la transparencia justa sin necesidad de ser burdo o grosero o incoherente. Inconexo sí, bastante. Es otra licencia que me permito para no caer en la tentación de arremeter sin medida ni control contra todo. Sé que me identifico, a mis años, más con la estirpe de los tipos desobedientes que con la de la gentuza sinvergüenza.

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