27/12/12

Caridad

Me pasa con la caridad y la solidaridad como con la asimilación y la integración. Las segundas opciones, solidaridad e integración, son los males menores. Lo deseable, refiriéndonos a la acción social y las relaciones sociales, es la Justicia y es la Convivencia permítanme las mayúsculas. Podemos darles nombres distintos, pero la idea está clara: el sometimiento de los seres humanos y la pérdida de identidad de los colectivos son dos formas de prolongar la agonía, quizás de desaparecer. Sólo quizás, porque si de lo que se trata es de sobrevivir, valen la limosna y el paternalismo. Solidaridad e integración son escalones superiores. O lo eran. Ahora no sabemos si esto sube o baja o vamos saltando de andamio en andamio, de liana en liana, hasta la caída final. Quiero convencerme (siempre los propósitos) de que solidarizarnos e integrar son avances en el tortuoso camino de otro mundo posible. Ocurre que a veces no distingo entre propósitos y despropósitos y hay solidaridades que me parecen caridad e integraciones que se me antojan asimilación. Debe de ser que no me entero. Y preocupado por mi "ignorancia emocional", la cuestión que de verdad me corroe es ¿renunciamos a un cambio real si en justicia o convivencia nos quedamos, permanentemente, a medias?, ¿avanzamos si nos andamos con medias tintas?, ¿no retrocedemos hacia el abismo si nos basta con resistir? Dicho de otra manera, ¿hacemos el juego al cinismo que nos desgobierna, hablando de solidaridad y practicando la caridad más descarnada? ¿No será que estamos buscando la justicia por debajo de nuestras posibilidades? Cuando en el calendario lo viejo vuelve a dar la mano a lo nuevo, un deseo, bueno: Que la caridad no haya venido para quedarse.

3 comentarios:

  1. CON LA CARIDAD NO SE COMBATEN LAS INJUSTICIAS

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  2. Creo que podríamos desempolvar otra palabra hoy un poco en desuso: fraternidad.

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  3. excelente reflexion... ojala el mundo fuera menos injusto
    saludos

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