En los últimos tiempos, amigas han perdido a seres queridos y seres queridos han perdido a amigas. Les he acompañado en el sentimiento, sinceramente. Y he observado de qué diferente manera se han enfrentado a esas situaciones adversas, en algunos casos terribles. Todas han mostrado serenidad ante el dolor, aunque ninguna lo ha manifestado igual que otra. No hay dos personas iguales, no hay dos duelos iguales. En ellos suelen estar presentes el desamparo y el recuerdo de al menos un instante de felicidad compartida. Por muy honda que sea la pena, aflora la sonrisa cuando se rememora un episodio íntimo, a menudo anecdótico, o el epitafio no escrito de la persona que ha muerto. Me emociona la capacidad de superación tanto como el sentimiento por la pérdida. Me estremece y me abruma que el agradecimiento por el pésame supere con creces el consuelo que se pretende dar. Lo he vivido en el caso de Teresa, con sus familiares, amigas y conocidos (por ninguna entrada en este blog he recibido más muestras de cariño como por la que le dediqué hace un par de semanas). Ella, me dijo alguien, ha sido ejemplo de resiliencia. “La adaptación positiva en contextos de gran adversidad” es una definición de resiliencia. A muchos hombres y mujeres estos contextos les duran toda su vida y, sin embargo, los superan, se superan. Ante un suceso fatal o un estado de infortunio prolongado, hay quienes no se limitan a resistir, sino que saben ir más allá y se hacen fuertes en el cambio. Releo "Le Petit Prince". Nos enseña a no claudicar.
16/2/11
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Sigues con la afición a las palabrejas. A los palabros como dicen ahora.
ResponderEliminarLa resiliencia que a mí me estremece es la de los pueblos enteros. Sobrevivir a una catástrofe como la de Haití después de no morir
es palabreja, pero no palabro: otro latinajo, de resilio, resilire: ‘saltar hacia atrás, rebotar’,
ResponderEliminares verdad, el dolor emocional podemos padecerlo y superarlo personas (por sucesos o situaciones prolongadas igualmente traumáticas), y también familias, grupos, comunidades...
aunque me han reprochado el concepto: puro conductismo, dicen (?): no soy sicólogo, ni lo pretendo
El Santo Job, en La Biblia, nos da un ejemplo de RESILIENCIA.
ResponderEliminarG.B.PEPE