28/4/10

Sin crispación

Podría ser una ciudad feliz si no estuviera tomada por la crispación, dicen que dijo el escritor barcelonés refiriéndose a Barcelona. En verdad, mucha gente y alguna ciudad llegarían a ser felices si no las invadiera la crispación. No creo que sea el caso de Barcelona, en apariencia alejada de la infelicidad absoluta. Pero hay personas que sólo se muestran felices, o al menos pagadas de sí mismas, cuando por fin consiguen crispar a otras y a su entorno. Lo hacen desde su propia crispación, nada relajadas. E insisten en contagiarla, sin saber que no crispa quien quiere, sino quien puede. En esto la crispación funciona como la ofensa, que raramente es provocada por un necio. Si le exaspera un necio es porque usted ya había perdido la esperanza. De Barcelona nunca he visto que fuera una ciudad crispada, todo lo contrario. Debe de ser que también allí la crispación va por barrios, igual que la alegría o la felicidad.


5 comentarios:

  1. Pues tienes razón, siempre es complicado generalizar. Pero sí que identifico, y no sólo en Barcelona, una cierta tendencia a la crispación como postura vital, a veces incluso prestigiada. Estar contento, mostrar felicidad por las pequeñas cosas, reírse a carcajadas y otras muestras de relajo mental son percibidas como "naif" en el mejor de los casos o "papanatas" en el peor. Suerte que a mi ya no me afecta, son los años, ja, ja...

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  2. ni fútbol ni estatut (casualidades de actualidad), ni siquiera (en el fondo) Barcelona, aunque también Barcelona, como dices: mi percepción de la ciudad no es la de quien la conoce porque la vive, como tú, sino de quien muy de vez en cuando la visita y más que crispación ve más ciudadan+s victimistas de lo que la ciudad merece, ¡suerte que tú no eres de esta gente triste!, un beso

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