Cambiar para resistir. Creamos los dichos, refranes si acaban siendo de uso común. Lemas o frases hechas que no siempre significan lo que parece. Rechazo algunos por lo que quieren decir: maldito el árbol que no te deja ver el bosque. Y otros por lo que se atrevían a afirmar: la mujer en casa, con la pata quebrá. Los había incomprensibles, como que la ocasión la pintaran calva. Desconfío, a menudo porque aseguran una cosa y la contraria. Ni por mucho madrugar amanece más temprano ni a quien madruga Dios le ayuda. O depende. Conozco a alguien que los trabuca: más vale pájaro en mano que lo bueno por conocer. O que los inventa para enfatizar cualquier ocurrencia. Como dice el refrán, esto es lo que hay. Ni siquiera son infalibles los rurales. No sé si marzo ventoso y abril lluvioso hacen a mayo florido y hermoso ni si cuando marzo mayea, mayo marcea. La cultura popular sentenciaba en tiempos de menor incertidumbre. Llegaba un punto conservador en el que bastaba con amagar. A quien buen árbol se arrima…, genio y figura…, se cree el ladrón… Y tú, ¿de quién eres? Ahora los versionamos: a cliente que huye, puente de plata. O lanzamos chascarrillos propios, quizás de corto alcance pero sentido hondo. Como ese cambiar para resistir. O el fundirse para refundarse, también atribuido a nuestras organizaciones. Cuidado con los dichos. Si te preguntan qué es peor, ¿la ignorancia o la indiferencia?, no respondas ¡ni lo sé ni me importa!
fui puñetero, pero poco refranero..., me gustan algunos dichos locales: "si detrás del Castellar está oscuro, llueve seguro" o el mítico "tiene más arestín que el gato del ambulatorio", aunque prefiero los que vamos acuñando juntos, esos "cambiar para resistir" o "fundirse para refundarse" con los que declaramos principios y que nunca llegarán al refranero :)
En Zafra hay una plaza que lleva el nombre que doy a mi blog personal. Es pura coincidencia. Si quisiera limitarme a hablar con la gente más próxima de lo más cercano, no saldría de la Plaza Chica.
Desde enero de 2009 digo que mi blog habla de los hechos de la vida: hablaremos de literatura y de innovación, de participación social y de redes sociales, de política, de asuntos nuestros.
Te falta aquél que decía: "Niño refranero, niño puñetero".
ResponderEliminarUn besote gordo (el besote)
fui puñetero, pero poco refranero..., me gustan algunos dichos locales: "si detrás del Castellar está oscuro, llueve seguro" o el mítico "tiene más arestín que el gato del ambulatorio", aunque prefiero los que vamos acuñando juntos, esos "cambiar para resistir" o "fundirse para refundarse" con los que declaramos principios y que nunca llegarán al refranero :)
ResponderEliminarBueno, del dicho al hecho hay mucho trecho.
ResponderEliminar