No tuve fácil sostener la mirada de este pavo, alentejano y real. Es un pavo público, de los que se pavonean en el Jardim Municipal de Évora. Habituado a mantener la distancia justa, no puede ser esquivo ni sabe parecer familiar. Los animales que se muestran a la vista de la gente adoptan un aire más humano. Si el animal es un pavo o una pava y si el pavo es real, ese reflejo de humanidad combina en tonos azules altanería, rudeza y frágil acomodo (es como si dijera: aquí estoy porque me han traído, porque me han dejado, posiblemente no sea el mejor lugar, el más reservado o seguro o natural, pero éste tampoco es malo, y si lo es no será el peor, espero). Sin nada distinto que hacer delante de este pavo, fieramente humano, enfoqué hasta tener su ojo a tiro de cámara y disparé. Luego caí en la cuenta de que es lo menos trascendente que me había ocupado en semanas. Observar a un ave cautiva que ni siquiera llega a desplegar sus plumas.[jfgras. El pavo, Évora. 2012]
Buena fotografía.
ResponderEliminar¿Cómo hicistes para que el pavo posara?
gracias, al pavo lo encontré ya posado
ResponderEliminar¿No será que le echastes guindas?
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