Soltando lastre

– ¿Quién eres?

– Ésa es una buena pregunta.

Este diálogo, otra buena pregunta sin respuesta, pertenece a la película de Peckinpah sobre Pat Garrett, el sheriff que mató a Billy el Niño. En el mismo libro donde la lees encuentras una segunda cita sobre cómo somos: "sepan que soy ocioso, inestable, geométrico, errabundo, aspirante a ideólogo de la desgana, volátil, y siempre ando soltando lastre". Quizás tú no seas nada de lo anterior, pero en modo alguno esto último. No sueltas lastre, no, por más que lo intentes. Tienes momentos de ocio, tentaciones variables, tics de geometría curva, sospechas de vagabundo, palabras desganadas, arranques de vuelo sin motor y mucho lastre que soltar. Ninguno de esos rasgos es concluyente. Con ninguno de ellos sabrías responder la gran pregunta, ni en todo ni en parte. La última característica, encima, puede definir, no lo que eres, sino lo que no, lo que no consigues. Porque no sueltas lastre ni queriéndolo.

– ¿Quién eres?
– Ya no llevo el peso sobre la espalda, la carga se ha adherido a mis miembros y hace una eternidad que dejó de ser ligera.

Más que una buena pregunta, es una pregunta cruel, el tipo de pregunta que no le harías a un amigo. Somos comos somos.

[Suelta lastre]