Hay días como montañas rusas, que te hacen subir y bajar. No importa tanto las alturas que alcances, desde nubes próximas a ras de tierra, como que quien conduce no eres tú. Te llevan. Y no en una dirección definida, sino de arriba abajo y de abajo arriba. Además, te mueves (te mueven) a gran velocidad. Esa percepción tienes, porque en realidad ni has avanzado ni has retrocedido. O ambas cosas. Paras, acaba el día, y permaneces en el mismo lugar, cuarta más o menos. En los días montaña rusa sientes el vértigo y, si evitas o superas el mareo, incluso lo disfrutas.
Fuera están esos días meseta, abundantes, en los que asciendes despacio hasta acomodarte un tiempo en una cota media de la que luego descenderás con la misma parsimonia, perezosamente. En ellos mantienes la creencia –es probable que falsa– de que ejerces el control y que tu sitio no es el de ayer o anteayer. No son éstas emociones fuertes, pero es que no visitar la feria reduce el riesgo de vómito.
Son posibles otros días moviditos: tiovivo, tren de la bruja, coches de choque…, días en los que giras sin dejar de tocar suelo (aburren), te preparas para los sustos que esperas (aburren), te enfrentas a golpes que recibes y das (aburren, aunque menos). Todos tienen su atractivo, mayor unos que otros.
Quiero pensar que en la variedad de días, como de atracciones feriales, está el gusto. Para no anclarse, convendrá tener presente que lo único interesante es poder vivirlos. Sea.
[i.jfgras. Que no es poco. 2010]
Fuera están esos días meseta, abundantes, en los que asciendes despacio hasta acomodarte un tiempo en una cota media de la que luego descenderás con la misma parsimonia, perezosamente. En ellos mantienes la creencia –es probable que falsa– de que ejerces el control y que tu sitio no es el de ayer o anteayer. No son éstas emociones fuertes, pero es que no visitar la feria reduce el riesgo de vómito.
Son posibles otros días moviditos: tiovivo, tren de la bruja, coches de choque…, días en los que giras sin dejar de tocar suelo (aburren), te preparas para los sustos que esperas (aburren), te enfrentas a golpes que recibes y das (aburren, aunque menos). Todos tienen su atractivo, mayor unos que otros.
Quiero pensar que en la variedad de días, como de atracciones feriales, está el gusto. Para no anclarse, convendrá tener presente que lo único interesante es poder vivirlos. Sea.
[i.jfgras. Que no es poco. 2010]
Dejaste atrás el Día Noria.
ResponderEliminarParecido a la montaña rusa y el tiovivo con menos sobresaltos y menos aburrido.
Chao
muy bueno, el día noria (y el día pulpo, que amenaza con sacarte de quicio...) :)
ResponderEliminar¡Ay, ay, mi querido amigo! Me malicio que te espera todo un parque de atracciones.
ResponderEliminarUn abrazo,
Juan Carlos Fernández.
no creas, Juan Carlos, me gustan casi todas las atracciones del parque pero tolero malamente los mareos;
ResponderEliminarel caso es que la entrada (post, les llaman) tiene su origen y su destino en una persona querida que atraviesa un muy mal momento tras haber arriesgado: le animo, ella lo sabe, a que siga viviendo "la feria", fuera de los "días meseta", no sé si más seguros, pero sin duda más aburridos (de ahí las etiquetas/pistas que daba: innovar, estados..., nada que ver con otros parques),
un abrazo, amigo
Pensé que echabas de menos la Feria. Se te agradecen la explicación ahora que se va aponer de moda dar explicaciones por todo..
ResponderEliminarDESDE EL CENTRO DE LA MESETA NO HAY MUCHOS MAREOS,ADEMAS SE VE EL HORIZONTE CON MAS CLARIDAD Y TODO PARECE MAS DIAFANO.
ResponderEliminarPapá, encantado de leerte por aquí (no importa que no estemos de acuerdo), ¡ya no tengo que pasarte los textos en papel!, un beso
ResponderEliminarJose, desde Sevilla: estamos de acuerdo con que avance, progreso no es movimiento. Para delante es continuar, levantarse y seguir y en la feria en general y en las circunstancias de feria que nos han tocado en particular hay que estar preparado para cualquier tipo de atracción, tú lo sabes. Y tú, lo estás!.Un abrazo. P,D. Agárrate fuerte, cuando vengas las curvas!
ResponderEliminarSÍ ESTOY DE ACUERDO, ES VERDAD EL REFRÁN QUE DICE: EL QUE NO SE EMBARCA NO SE MAREA.
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