Qué sueños. Los que recuerdas al despertar no se cuentan por miedo a que sean interpretados con malicia. Los que tienes no se desvelan por el pudor de que te sean recordados si no se cumplen. Unos y otros pueden repetirse y, sin embargo, guardarse en silencio mientras se acaba imponiendo el olvido o la incomprensión. Es como lo que se escribe, a menudo tan efímero, cuando vuelve a veces a situarse frente a los ojos de quien quiera y sepa leerlo. Ocurre con algún aniversario. Ahora lo miras y lo ves, ahora no lo ves. Hasta que hagas que reaparezca, en forma de pesadilla o de sueño, con ocasión o sin ella. Y la pregunta cambie y ya sea fingida admiración. Qué sueños.
[i.jfgras. Cielos. 2012]
[i.jfgras. Cielos. 2012]
Es verdad, pues: reprimamos
ResponderEliminaresta fiera condición,
esta furia, esta ambición,
por si alguna vez soñamos.
Y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña,
que el hombre que vive, sueña
lo que es, hasta despertar.
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe
y en cenizas le convierte
la muerte (¡desdicha fuerte!):
¡que hay quien intente reinar
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte!
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí,
destas prisiones cargado;
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
Pedro Calderón de la Barca, 1636-1673
QUE VERDAD ES, QUE LOS VIEJOS SUEÑAN SUEÑOS Y LOS JOVENES VEN VISIONES.
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