30/5/10

Gamberreo en las instituciones

● Rita Barberá ha declarado: "comprendo que la mujer de Zapatero esté harta". Qué comprensiva la alcaldesa de Valencia. Hace como que empatiza con Sonsoles Espinosa después de insultar al presidente del gobierno, llamándole "incompetente, ignorante, inmoral y miserable". No sé si tiene un pase que Rita Barberá despotrique como una hooligan, pero lo que no es de recibo es que una señora alcaldesa se comporte como una vulgar chismosa. Una nalga. Hay un límite, el de la buena educación o el del respeto a la vida privada –propia y ajena–, que tampoco debería traspasarse en política.

● El bochornoso espectáculo que dieron el martes nuestros senadores y senadoras, enfrascados en una bronca barriobajera a la voz de "Zapatero, dimisión", fue vergonzoso. Pero reconozco que no sólo pasé vergüenza ajena. La vena gamberra que tenemos dentro, unas más que otras, corre el riesgo de revolverse y que acabemos manifestándonos a grito pelao. Nunca es buen momento para perder la compostura. Menos, éste. No porque la inestabilidad agrave la situación de los dichosos mercados –qué sensibles, también los mercados–, sino por pura higiene democrática. Instalándonos en la trifulca, el pataleo, el zapatazo a lo Kruschev..., flaco favor nos estaremos haciendo.

● Habrá quien pretenda justificar el gamberrismo, incluso en las instituciones, pero nada más injustificable que la ruptura de unos elementales hábitos de convivencia. La convivencia no es blanda ni cándida, todo lo contrario: sin convivencia, no hay crítica que valga; y son tiempos para ejercer la crítica, que se pone en práctica con el diálogo. Sólo dialogando podemos argumentar, por ejemplo, que al paquete de medidas le sobra alguna o le faltan otras (medidas fiscales contra el fraude o sobre las grandes fortunas). Si en las alcaldesas y en el Senado caben esas malas formas, ¿qué nos espera en los plenos de los ayuntamientos?, ¿y en los estadios de fútbol?, ¿y en los patios de los colegios?, ¿qué nos espera en la calle?

26/5/10

Insomnes

Padecer insomnio brinda una sola oportunidad: la de simpatizar con otras personas insomnes, crear con ellas complicidades sólo explicadas por la falta de sueño.

No es insomne quien duerme poco, sino quien empecinándose en dormir no lo consigue, una madrugada y otra y otra. El insomnio está sobrevalorado, se rodea de un halo de supuesta creatividad mental que muy pocas noches se alcanza y, cuando se alcanza, casi nunca resulta práctica. Porque no hay que confundir lucidez con alucinaciones nocturnas. Malo es no conciliar el sueño y malo es que se interrumpa constantemente o perderlo sin remedio demasiado temprano. Insomnio terminal, llaman a éste. Puede resultar agotador tomar conciencia prematura de que el día ha comenzado: es falso que con el paso del tiempo llegues a acostumbrarte… Un sarcástico afirmó que el mejor tratamiento contra el insomnio es dormir mucho. Y aunque sigas las pautas que aconsejan para dormir, plantes cara a las causas que lo provocan y evites sus consecuencias más visibles, el insomnio amenaza con atraparte. Mantienes vivas experiencias recientes y anticipas la jornada posterior.

Anoche, un mensaje de móvil a las 2.42h. ha terminado de desvelarte. Esta vez has sabido por qué: la noticia recibida, no por esperada menos dolorosa, justificaba pasar el triste resto de la noche en blanco. Sentías que acompañabas a otros, lejos, esta noche insomnes.

23/5/10

Valderrama

Comunión de Luis, íntima comida familiar y un canario amarillo de regalo. Hemos evocado de pasada las nuestras, tan diferentes en el fondo y en las formas. El gran Juanito Valderrama cantaba esta copla, segundo recuerdo que permanece: Como una blanca azucena, lo mismito que un jazmín, mi niña va hacia la iglesia, a la iglesia de San Gil... Ha sido marino con galones, por un día. Lo habríamos disfrutado igual.

[i.jfgras. Mi capitán. 2010]

19/5/10

Conecta

La gente joven domina las tecnologías con más facilidad y de manera más natural que quienes somos mayores y hemos crecido en entornos dominados por una cultura analógica. No era nada habitual que fueran jóvenes quienes formaran a personas adultas, hasta que irrumpieron en nuestras vidas las tecnologías, en especial las de la información y la comunicación (TIC). Ahora existen iniciativas en las que chicos y chicas se convierten en protagonistas de la alfabetización digital de las personas adultas y mayores de su pueblo o su barrio. Por ejemplo, “Conecta Joven”, impulsada por Fundación Esplai y desarrollada entre otras organizaciones por la asociación ACUDEX (gracias a ella, mi padre acaba de mandarme su primer correo electrónico: sospecho que no tardará en abrir su perfil en Facebook). Este proyecto se basa en el principio educativo del Aprendizaje-Servicio, una metodología orientada a la educación para la ciudadanía que combina procesos formativos con trabajos para la comunidad. Un grupo de jóvenes recibe formación en "nuevas tecnologías, habilidades sociales y estrategias de comunicación", que le capacita para ser monitorado voluntario de personas con dificultades para acceder y usar las TIC. Junto con la formación digital de las personas adultas, el proyecto colabora en la educación de jóvenes que se comprometen en transformaciones sociales, mejora las relaciones intergeneracionales, optimiza recursos e implica a diferentes agentes en una experiencia liderada por jóvenes. Se contribuye con ello a la superación de la brecha digital y a la superación de otras brechas, que más que en la cabeza cicatrizan en nuestra mente.

[Gracias a Miguel Ángel Moreno por su foto]

16/5/10

Ni flores
















Un amigo cumplió años ayer, más de los que aparenta y menos de los que por sabiduría podrían ustedes echarle. Lo ha celebrado en el campo familiar, cerca de una ermita sin romería, pero con garbanzos. Después de la visita a san Isidro, comimos y bebimos con mi amigo, otros amigos y amigas. Entre las aceitunas y los cafés, durante horas, las conversaciones de grupo volvieron a ser variopintas y en general contenidamente apasionadas. Por qué era fiesta local. Hasta dónde encajamos las últimas medidas del gobierno, a favor con matices y en contra con resignación. Quién elige a los mercados financieros. Cuánto nos cuesta aceptar la suspensión de Garzón. Con qué poco puede sorprender Clemente al Barça. En qué andamos y cómo, en nuestras respectivas vocaciones, trabajos y familias. Hicimos corrillos y apartes, para lo más privado. Nos sosegamos a los postres, con la modorra. Así que me despisté un rato con la cámara y sin parar ni pensar tiré unas fotos en la huerta. Mi amigo sopló la única vela de su tarta de cumpleaños. ¡Salud! Fue ayer un día primaveral de mayo, que es lo mismo que decir que tenemos el verano encima. Seguiremos sin arreglar el mundo, intentándolo. Y ni flores.

[jfgras. Flores en la huerta. 2010]

12/5/10

Cifras

La recesión no son cifras, aunque nos bombardeen con ellas.

En
los últimos días, los vaivenes especulativos de la bolsa –qué redundancia– han sido mareantes. La Unión Europea acaba de aprobar un mecanismo financiero, tan intrincado como el nombre del volcán islandés, de 750.000 millones de euros (unos 125 billones de pesetas) para proteger, precisamente, el euro. Se buscaba ahuyentar el fantasma de una crisis aún mayor de la deuda en la Eurozona, o sea, Grecia y el resto de Europa. A las pocas horas, el IBEX-35 ha registrado una subida histórica, un 14,4%, después de una bajada también histórica, hasta los 8.925,9 puntos. En España y según datos oficiales, hay 4.142.000 mujeres y hombres en paro. Sin embargo, la cifra reciente que parece que más nos ha conmocionado no es ni las anteriores ni cuatro millones ciento cuarenta y dos mil, sino cinco.

Entre las medidas
anunciadas por el presidente del gobierno para acelerar la reducción del déficit público, se incluye un recorte medio del sueldo de funcionarios y funcionarias del 5%. También una congelación de las pensiones, a excepción de las mínimas y las no contributivas: ahí la cifra sería cero, malo. A esta hora hay 2.833 comentarios a la noticia, sólo en el periódico digital que leo. Mi opinión, a bote pronto, supongo que coincidirá con algunos de estos comentarios.

Me cuesta creer que casi todas estas medidas fueran imprescindibles; estoy seguro de que Zapatero las ha pasado canutas decidiéndolas (otros, no: Rajoy se ha apresurado a mostrar su peculiar acuerdo, diciendo que los recortes llegan tarde, que el PP las habría tomado antes y más); comparto la vaga sensación de que seguiremos pagando justos por pecadores mientras el modelo económico no cambie; echo por tanto en falta nuevas medidas que graven las rentas muy altas o inyecten liquidez al sistema financiero
del que dependen muchas familias y pymes, y siento que, como yo, hay gente que al escuchar ese 5% ha pensado de inmediato en los 4 millones.

Los 12 millones de personas afectadas directamente por este ajuste no son culpables de esos 4 millones: no hay parados porque haya funcionarios o pensionistas. Pero no saldremos de ésta esperando que arreglen la crisis sólo quienes la provocaron, ni tampoco con los del “cuanto peor, mejor”. Seguirá siendo duro y difícil, para todo el mundo, incluso para quienes no perderán su puesto de trabajo. Y ojalá el esfuerzo llegue a ser de verdad equilibrado y nos sirva para que el modelo del futuro sea un modelo diferente.

Eyjafjalla se llama el volcán islandés de moda.


9/5/10

La gran ciudad del sueño

Pablo Neruda pedía “recordar a Miguel Hernández, que desapareció en la oscuridad”. El chileno que confesó vivir nos pedía recordarlo, porque “recordarlo a plena luz es un deber de España, un deber de amor”.

Joan Manuel Serrat, en la celebración del centenario del poeta de Orihuela, ha vuelto a cantar
para que no olvidemos al Hijo de la luz y de la sombra. "Pocos poetas tan generosos y luminosos, este hombre que aquel momento de España desterró a la sombra”.

Desde la sombra de la cárcel alumbró Miguel Hernández “Dos cuentos para Manolillo (cuando sepa leer)”. Leo en el facsímil de estos cuentos (edición de José Carlos Rovira, Palas Atenea 1988): "La ardilla gris dijo: Llévenme ustedes, por favor, a la gran ciudad del sueño, donde no hay pena ni dolor...”. Para escribirlos para su hijo Manuel Miguel, tuvo que utilizar papel higiénico de estraza. Todo lo hizo, como después nos habló Neruda, en aquel momento de España.


5/5/10

Son vecinos

Voy a llegar tarde, voy a llegar tarde, chillaba el histérico conejo del País de las Maravillas, el de Alicia y los personajes de Lewis Carroll. No sé si estas líneas llegarán tarde... Detesto las difamaciones: las que sufren los demás y las que sufro yo, que por supuesto no me libro de algunas. Ni me he librado ni me han importado. Estoy convencido de que la persona que difama se retrata cuando insulta y no merece más de dos palabras. Sin embargo, hay difamaciones (a otros) que insultan la inteligencia y la sensibilidad. Por eso a veces, sólo a veces, es conveniente salirles al paso. Me estoy refiriendo al ánimo de dañar a alguien, lanzando acusaciones contra el grupo del que forma parte. He comentado aquí sobre ello, poniendo como manidos ejemplos a los políticos o las gitanas, habituales sufridores de insidias. Cada cual hace de su capa un sayo. Y da grima meter en el mismo saco a individuos que poco tienen que ver entre sí, que apenas comparten vocación, oficio u origen. Ya hablé de políticos o de gitanas, pero ahora escribo sobre los curas. También los curas, no su jerarquía. Confío en no llegar tarde al publicar mi modesta opinión de que los curas, como el resto de mortales, tampoco deben ser metidos ¡todos! en un mismo saco, a menudo repleto de falsos tópicos o lugares comunes. Creo oportuno y me da la gana afirmarlo por dos razones: porque vivimos en un pueblo y porque a algunos conozco. Señoras y señores: puestos a inventar la realidad, en lugar de difamar échenle imaginación, como el conejo de "Alicia...".

2/5/10

En el Rancho

El Rancho Folclórico “Rosas de Maio” da Casa do Povo de Veiros actúa durante la feria agropecuaria del municipio portugués de Estremoz, el 2 de mayo de 2009. Los mayores portan un estandarte y llevan la voz cantante, al ritmo del acordeón, unas castañuelas, un triángulo. El joven de la fotografía no danza como los niños y las niñas del rancho, que se mueven en corro con sus sombreros y delantales. Demasiado triste para bailar, acompaña al grupo con su mirada lánguida y en silencio. Hoy en Estremoz he preguntado por el folclore de la freguesia de Veiros. En realidad, más que sus cantes y bailes regionales me interesaba reencontrarme con este adolescente un año después, saber si ha pegado el estirón, si ha superado la timidez y ha aprendido a descomponer su figura de alentejano antiguo. Pero el rancho no ha actuado en la feria. Volveremos a Estremoz.