Amaneció una mañana que anticipaba las lluvias que trae la primavera. Jueves. La fecha estaba reservada entonces para tres recuerdos personales. El de un cercano cumpleaños. El de los asuntos propios de la antevíspera de una boda muy especial. El de la operación del amigo enfermo. Con el paso del tiempo sabríamos también que ese fue el día del diagnóstico, fatal. Todo, casi todo lo sabríamos mucho más tarde. A esa hora mi atención seguía pendiente de un quirófano remoto, de un par de preparativos ordinarios para la ceremonia, de la felicitación de cada año. Alguien dio la noticia mientras trabajaba distraído, pusimos la radio. Una docena de muertos en Madrid. ¿Atentado terrorista o accidente? Al instante me llamó un antiguo compañero y comentamos la primera información. Las muertes iban en aumento, igual que la incertidumbre. Me acuerdo de que llovía, no de si llegué a hacer las tareas previstas. Durante los tres días siguientes al 11 de marzo de 2004 sucedió lo que compartimos como experiencia común y lo que continuamos viviendo, individualmente. El jueves por la tarde mi amigo Manolo despertó de la anestesia, el viernes hubo manifestación (unitaria, ventosa y en silencio), se celebró el sábado la boda y fuimos a votar el domingo. Ocho años después del primer 11-M, mi historia –aquella historia– es la de las vivencias personales y una memoria colectiva: hoy, contra el escarnio de quienes con sus mentiras afrentan a las víctimas, la dignidad encarnada por Pilar Manjón.
11/3/12
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Sin duda, el ejemplo más lamentable de manipulación informativa. Con casi 200 muertos en esos trenes y jugando a intentar salvar las elecciones... ¡Qué asco!
ResponderEliminarME HE QUEDADO SIN PALABRAS. GRACIAS
ResponderEliminarPues todavía siguen manipulando y al gobierno no parece ni importarle. Las víctimas y los afectados, depende de su filiación, claro, siguen siendo mercancía conspirativa en el pestilente mercado de casquería propagandística de la ultraderecha y su tdtparty. Bueno, incluos fundiendo la ferralla de los trenes estarían pidiendo buscar pruebas en el producto transformado. Pues sí, da asco
ResponderEliminarTuve oportunidad de conocer, hace 6 años a Pilar Manjón, y compartir unas horas con ella. Entonces ya contaba con escolta, no por la amenaza del fundamentalismo islámico sino por la del fundamentalismo ultraderechista que no paraba de insultarla. Hoy continúa aquella situación indecente, que desmiente el discurso mentiroso del respeto a las victimas, que confirma que no hay ningún escrúpulo en utilizarlas con las más oscuras intenciones políticas. Que asco!
ResponderEliminarEl 11M colectivo, el 11M personal, ambos llenos de dolor.
ResponderEliminar