Una de las mayores alegrías del mundo es comenzar (la mayor, según la cita atribuida por Vila-Matas al escritor antifascista Ödön Von Horváth, que moriría por la caída de la rama de un árbol fulminado por un rayo en pleno centro de París en 1938). Sin llegar a esos extremos, porque llamarlo alegría sería decir mucho, empezar es emocionante. El primer día siempre es el primer día. Todo permanece, pero una nueva mirada lo hace diferente, la novedad embriaga y hasta puede producir vértigo. Como Sancho, "besando a vuestras mercedes los pies...", he dado un salto del gobierno local, una parte de mi vida en los últimos años. Y por unos instantes, la sensación y el sentimiento de cambio han invadido todo alrededor. Voy a aprovecharlo. Ricominciamo, cantaba un apasionado Adriano Pappalardo, con doble p: recomencemos.
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La mayor alegría es comenzar. Qué belleza y gran verdad. Saludos
ResponderEliminarMe alegro mucho por tu alegría, y por este nuevo comienzo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Con alegría y por bulerías, que es un cante que se ejecuta palmateando, y como dice Fernando afrontar este nuevo comienzo.
ResponderEliminarJBPEPE.